Pues sí, como no podía ser de otra forma el Spectrum fué mí cuna.
El sistema de entretenimiento que ya era anticuado por aquel entonces (Hablo de finales de los 80) lo poseía la hija de una amiga de mi madre.
Me encantaba ir a esa casa, no sabía muy bien por que. Lo que más recuerdo es una pantalla de carga infinita que tardaba mucho, y cuando digo mucho es mucho, en cargar el juego.
Casi siempre cuando terminaba de cargar o me parecía que ya quedaba poco pasaban dos cosas, el sistema fallaba y vuelta a empezar o era hora de volver a casa. Pero a veces, yo diría que no mas de 3 o 4, cargaba a tiempo y ahí estaban mis personajes favoritos, Pedro Picapiedra y Pablo Mármol. Lo único que sabía hacer es moverlo por su casa, una casa monocromática con muebles y cosas con las que no sabia interactuar. Me fascinaba pulsar un botón y que un personaje de la televisión se moviera en una dirección, era todo lo que sabía hacer y definió para siempre el resto de mi vida, yo no quería hacer judo o jugar al fútbol (que me encantaba) yo solo esperaba el momento de llegar a casa de alguien que tuviera videojuegos.
Ahí nació el ‘’viciao’’ que hoy os escribe aquí.
No mucho después llegó mí gran momento, mi primera consola.
En la tienda donde comprábamos pilas había algo familiar en una caja, era gris, con dos mandos y una pistola láser salida del mismisimo espacio sideral, pero no, no era la Nintento Entertainment Sistem (NES) era mucho mejor, sus botones tenían TURBO, dos botones más para ser exactos era exactamente lo único que diferenciaba a simple vista la NES de lo que tenía delante.
Así es como tuve mi primera consola la NASA -Entertainment Computer System. con lo que ponía en la caja ¿Como no ibas a comprarla? Más barata que la NES, que venía con un mando y sin juegos y ponía en bien grande 2 mandos una pistola y un solo cartucho con ¡100 JUEGOS!.
No me lo podía creer, era el niño más afortunado del mundo, acababa de conocer las mieles de la piratería aunque yo no lo sabía aún.
Una consola más barata, con mejor tecnología y mucho más que ofrecer, sus 100 juegos me llevarían toda la vida acabarlos. De repente los Picapiedra ya no existían, solo existía Super Mario y Luigi rescatando una princesa que nunca está donde buscas, Arcannoid, CONTRA, Bomberman, CONTRA con otros colores, Super Mario contra un gorila y la maldita princesa que solo se va con bichos, Bomberman con otros colores y otras bombas que explotan diferente, un juego de tanques, el pingüino de Anctartic Adventure, Excitebike, Ice Climber, uno de Baseball, el Urban Champion de peleas callejeras, Ballon Fight y más, muchos más, sobre todo repetidos de los anteriores pero con otros colores o directamente en vez de avanzar en el juego te presentaban distintos mapas como distintos juegos.
El equipo de NASA he de reconocer que fueron unos maquinas, incluso ganaron el juicio contra Nintendo por lo que lo que hicieron además se convirtió en práctica legal, pero esa es otra historia.
La NASA me duró muchos años, cerca de 5 aunque luego se la dejaron a una prima mía que nunca me la devolvió por lo que perdí aquella joya que hoy estaría en una maldita urna de metraquilato.
En la siguiente publicación, tomará más forma este tostón que estoy escribiendo y entraré más en los juegos en sí.
¡Nos vemos!
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